lunes, 7 de mayo de 2012

HIMNO NACIONAL DEL ECUADOR




Himno Nacional del Ecuador


1830-1832: El bardo guayaquileño José Joaquín de Olmedo escribe una Canción Nacional (un coro y cuatro estrofas) en homenaje al naciente Estado ecuatoriano. Esta creación sugerida por el Gral. Juan José Flores no fue musicalizada ni tampoco logró difusión.

1833: Un himno con título de Canción Ecuatoriana (seis estrofas) se publicó en la Gaceta del Gobierno del Ecuador No. 125 del 28 de diciembre. El trabajo señala 1830 como el año de su creación, pero la mayoría de los cronistas no le presta total atención por ser de un autor anónimo. 
1838: Una Canción Nacional (coro y cinco estrofas) aparece incluida en el folleto Poesías del General Flores en su retiro de La Elvira, que publicó la Imprenta del Gobierno. En edición posterior presenta cambios en su tercera estrofa. Aún así, para los historiadores es la segunda Canción Nacional que se conoce.

1865: El músico argentino, Juan José Allende, que colaboraba con el Ejército del Ecuador, presenta al Congreso Nacional un proyecto de musicalización de la letra del Dr. José Joaquín de Olmedo, pero aquello no tuvo la suficiente acogida.

En noviembre, por expreso pedido del presidente del Senado, Dr. Nicolás Espinosa, el poeta ambateño Juan León Mera Martínez, para entonces secretario de dicha función del Estado, escribe y entrega la letra del Himno Nacional, que luego de ser conocida por los congresistas es enviada a Guayaquil para que el maestro Antonio Neumane le ponga música.

1866: El 16 de enero se publica la versión completa de la letra de Juan León Mera en el semanario quiteño El Sud Americano.

1913: El escritor y diplomático guayaquileño Víctor Manuel Rendón, entrega un nuevo himno con letra adaptada a la música de Antonio Neumane pero finalmente el Legislativo rechaza la propuesta.

1947-1948: El Dr. José Miguel García Moreno, ministro de Educación del gobierno de Carlos Julio Arosemena Tola, comisiona al religioso jesuita Aurelio Espinosa Pólit y a Juan León Mera Iturralde, hijo del bardo tungurahuense, para que estudien y cotejen las versiones que se conocían.

Luego de un detenido estudio finalmente los comisionados recomiendan la expedición de un decreto que declare Himno Nacional del Ecuador a la letra de Juan León Mera Martínez.

1948: El Congreso Nacional declaró Himno Oficial e intangible a los versos del autor ambateño, con fecha 29 de septiembre. El Ejecutivo sancionó el decreto legislativo el 8 de noviembre y en el Registro Oficial No. 68 del 23 de noviembre se publicó dicha letra. Era presidente de la República Galo Plaza Lasso.

1965: Por cumplirse el primer centenario de la letra del Himno Nacional, la Junta Militar de Gobierno que regía el país procede a declarar el 26 de noviembre de cada año como Día del Himno Nacional del Ecuador. El decreto se expidió el 24 de noviembre.

1977: El Consejo Supremo de Gobierno, por decreto del 11 de marzo, dispone la supresión de ciertas repeticiones en el Himno Nacional a objeto de hacerlo menos extenso y propender a que la ciudadanía lo cante correctamente.




Coro

¡Salve oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria!
¡gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
mas que el sol contemplamos lucir.


Indignados tus hijos del yugo
que te impuso la ibérica audacia,
de la injusta y horrenda desgracia
que pesaba fatal sobre ti,
santa voz a los cielos alzaron,
voz de noble y sin par juramento
de vengarte del monstruo sangriento,
de romper ese yugo servil.


Los primeros los hijos del suelo
que, soberbio; el Pichincha decora
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que atónito; el mundo
vio en tu torno a millares surgir.


De estos héroes al brazo de hierro
nada tuvo invencible la tierra,
y del valle a la altísima sierra
se escuchaba el fragor de la lid;
tras la lid la victoria volaba,
libertad tras el triunfo venía,
y al león destrozado se oía
de impotencia y despecho rugir.


Cedió al fin a fiereza española,
y hoy, oh Patria, tu libre existencia
es la noble y magnífica herencia
que nos dio, el heroísmo feliz;
de las manos paternas la hubimos;
nadie intente arrancárnosla ahora,
ni nuestra ira excitar vengadora
quiera, necio o audaz, contra sí.


Nadie, oh Patria, no intente. Las sombras
de tus héroes gloriosos nos miran
y el valor y el orgullo que inspiran
son augurios de triunfos por ti.
Venga el hierro y el plomo fulmíneo,
que a la idea de guerra, y venganza
se despierta la heroica pujanza
que hizo al fiero español sucumbir.


Y si nuevas cadenas prepara
la injusticia de bárbara suerte,
¡gran Pichincha! prevén tú la muerte
de la Patria y sus hijos al fin:
hunde al punto en tus hondas extrañas
cuanto existe en tu tierra: el tirano
huelle sólo cenizas y en vano
busque rastro de ser junto a ti.


  

No hay comentarios:

Publicar un comentario